Todo el barrio ya lo sabe que tu novio te ha dejado,
justamente el mismo día de llevarte ante el altar.
Allí está el ajuar de novia, todavía inmaculado,
y en los tules está envuelta tu corona de azahar.
Linda novia de mi barrio, linda novia abandonada,
hoy te vieron las vecinas hondamente suspirar;
hoy te vieron de rodillas silenciosa y desolada,
sollozando tu congoja sobre el blanco de tu ajuar.
Tus buenas amigas
se están alarmando
de ver que no duermes,
ni quieres bailar.
En vano a la mesa te sigues sentando,
ni un solo bocado no quieres probar.
Tu novio en el barrio
ya nunca ha de verse,
y cuánta vergüenza
tendrás que pasar;
de pena tu madre no sabe qué hacerle
y en los rinconcitos se pone a llorar.
Linda novia de mi barrio que tan triste te has quedado,
yo te quise desde siempre y me duele tu penar.
Te devuelvo, noviecita, la palabra que él te ha dado
y con todo mi cariño yo te llevo ante el altar.