Querida

Quise conocer
la divina luz,
esa luz de amor
antorcha azul en nuestra vida
y en mi divagar
no logré libar
esa dulce miel
de los panales del cariño fiel.
Noche y bruma gris
fueron para mí
compañeras que
llenaron mi alma de tristezas tantas,
pero al verte a ti,
me dijo el corazón,
algo tan feliz
que esa noche gris
se estrelló mi amor.

Querida,
de los ojos tristes.
Querida,
hoy mi voz te nombra,
preciso calor en mi vida,
de un sol que ilumine
mi ruta de sombras.
Enciende
con tu ardiente boca
la llama
de mis ansias locas…
Querida,
te ofrezco mi vida,
que otrora perdida
lloraba de amor.

Nacerá la fe,
morirá el dolor
en el interior
de nuestros pechos palpitantes.
Lejos del ayer,
tengo para ti
el amanecer,
el alba pura de mi gran querer.
Para mí serás
del jardín de Dios
la más bella flor,
la flor radiante de mis ilusiones
guardó para ti;
mi pobre corazón
te dará calor
y te cantará
si me das tu amor.