El tortazo

Te venció el lujo, coqueta,
y al trote viniste al centro,
algo tenías adentro
para hacer la pizpireta.
Te gustó la vida inquieta
y echaste todo a rodar
el afán de figurar
y hoy almorzás tan seguido
que hasta te vas a empachar.

Y ahora tenés voaturé,
usás tapao peti gris
y respingás la nariz
queriendo hablar en francés.
Ya no parlás al revés
para cuidar el detalle
y cuando lucís tu talle
con ese mozo del brazo,
no te regalo un tortazo
porque estamos en la calle.

Cómo me hace padecer
tu pretensión de matrona,
si te acordás de Ramona
abonale el alquiler.
Acordate del ayer
de tu existencia primera
y salí de la vidriera
que ya vas catalogada
y del programa borrada
porque no estás ni en carrera.