Mis canas te dicen lo viejo que estoy
mi rostro te muestra la amargura atroz,
de todos los males que yo he soportado
en mis aventuras por dejarte a vos.
Comprendo vencido el mal que te hice
el daño que nunca te pensaba hecer;
porque sólo fueron mis torpes locuras
las que me alejaron de tu gran querer.
¡Mirá lo que soy!...
Ya nada quedó
de aquel muchacho alegre
que fue tu querer.
¡Mirá lo que soy!...
La sombra no más
de aquel que feliz
junto a vos era ayer.
¡Mirá lo que soy!...
Por un tropezón
que ciego yo di
para solo sufrir.
¡Mirá lo que soy!...
Un ser ya sin fe
que arrastra su sombra
buscando morir.
Sin una esperanza me acerco hasta vos
sólo para verte por última vez.
Ten solo a mirarte mi dicha perdida
aunque más que nunca yo sufra después.
He vuelto a tu lado por sólo un instante
por solo un anhelo de mi corazón;
yo vengo a pedirte a oír de tus labios
un último alivio tu santo perdón.