Esta página, mi amigo
lleva emoción en el alma
y es la paz para el tanguero
que no puede encontrar calma.
Es un verso de Gagliardi
que se te clava en el pecho
y es el olor a glicinas
que habita en el patio viejo.
Es la pinta del Morocho
y es la flor de su sonrisa
que enamora a las pebetas
y hasta a los taitas hechiza.
Son Pichuco y el Polaco
ensayando un viejo tango;
y se transforma en moneda
de aquel que no tiene un mango.
Aquí verán, mis amigos,
al que espera con su pucho
a la barra, en su bulín
(el de la calle Ayacucho).
Aquí verán al que sufre
la soledad que lo aqueja
y también el mate amargo
que nos cebaba la vieja.
Aquí está la melodía
del arrabal solitario,
y el llanto del que a un matungo
le jugó todo el salario.
Están Charlo y Fiorentino,
Fresedo, Ray, Nelly Omar,
con Marino y con Piazzola,
con Pugliese y con Floreal.
Homero, Firpo, Ángel Vargas,
Di Sarli y Discepolín
llamando a "Misa de Once",
desde aquel "Viejo Jardín".
Aquí nos encontraremos,
querido amigo tanguero,
como si fuera una esquina
a la vuelta del potrero.
Aquí, amigo, en "Todo Tango"
a cualquier hora del día
"Pa' que bailen los muchachos"
y que siga la alegría...
(Poema dedicado a nuestro sitio, escrito por un visitante)