Hago parada en la noche
vitalicio del estaño,
no doy cuenta de los años
ni de las horas perdidas.
En el bulín de la vida
he barajado los sueños,
esperanzas de un porteño
que puso en la estantería,
toda su filantropía
de nochero y de bohemio.
Yo soy de la amistad fácil,
mas no aguanto fulerías,
le pianté a la shomería
que me anda haciendo gambetas,
verseadores de carpeta,
mezcla de patos caseros
nunca puse tiento al “peso”
fui banca cuando he tenido,
me brindo pa’los amigos
soy buena leña pa’l fuego.
Me gasté tantos zapatos
caminando por la vida,
la cruda filosofía
de tener y andar sin vento,
he guardado los lamentos
que apareja el escolaso,
al saber más de un fracaso
que del saber de un acierto,
me sigo jugando el resto
hasta que llegue, el ocaso.