¡Señora!... ¿Me da la pelota?
Sea buena señora,
se vamo a otro barrio.
Gritaban los pibes
sudados, rotosos,
gorriones inquietos
de pícaros rostros:
¡Señora!... ¿Me da la pelota?
Sea buena señora,
devera se vamo.
Pelota de trapo
primera ambición
de todos los pibes
de ayer y de hoy.
Así como ellos
quisiera ser yo,
lejos de la farsa,
lejos del dolor;
sin más esperanzas
que el ansia del gol.
Purretes de todos los barrios
me traen olvido
me quitan los años.
¿Y hay más lindo que
llegar a una esquina
y oír esos gritos
que nunca olvidamos?
¡Señora!... ¿Me da la pelota?
Sea buena señora,
devera se vamo.