El amor que me juraste terminó
en el beso de traición que recibí,
a pesar de mis caricias,
y la pasión sincera, que te ofrecí...
Siempre permanecerá en mi corazón,
el recuerdo inolvidable de tu ser,
los momentos de ternura,
del puro y suave aroma, de mi querer.
Besos, largos profundos
ardientes como el fuego.
Besos, así los quiero,
que sean el fiel reflejo
del corazón...
Besos, fríos y suaves,
cual de unos labios yertos,
eran así tus besos
con que me disfrazabas un falso amor.
Si algún día en mi camino te cruzas,
agobiada por las penas y el dolor,
sentirás, ya solo el eco de ese amor,
que mancillaste con tu desdén...
Pero al fin te llegará destino cruel,
a juzgarte en tu canalla y mala acción.
Y entonces comprenderás
en todo el peso de la culpa,
de tu traición.