Cantando tangos

Cantando tangos con perfume de otros tiempos
voy deshojando mis floridas primaveras.
Cantando tangos. ¡De los buenos! ¡De primera!,
de “esos” que se hacen desde adentro, para afuera.

Cantando tangos voy a entrar por la cornisa
para evocar aquel amor que no me acuerdo
y afincado en el balcón que está más alto
campanear... como duelen los recuerdos.

Tango... Tango...
Soy de tu mismo color.
Me acunaron con tu canto
al compás, del bandoneón.
Tango... Tango...
Me da pena que hoy:
vas perdiendo el cartel
que te dieron los grandes...
Y la voz de Gardel...
¡Yo me juego por vos!
Tengo un tango en la sangre
y en el alma una flor.

Cantando tangos vuelvo al barrio de mis días
en una orgía de malvones y glicinas.
Cantando tangos: se abren todas la ventanas
para que brille más el sol de las mañanas.

Cantando tangos voy “pateando” las veredas
para que escuchen los que quieran, y no quieran,
porque sos un “cacho” grande de bandera
más allá... de la luz y las fronteras.