El barrio boquense
duerme en la ribera,
la noche tanguera
de su hora mejor.
Suena en un cotorro
un malevo fuelle
que llega hasta el muelle
lleno de dolor.
El barrio boquense
duerme en la ribera,
como si estuviera
borracho de amor.
Llora,
la milonga quejumbrosa
y una mujer haraposa
cruzando una calle va.
Cuentan
los malevos con tristeza
que la pobre mujer esa
era hermosa y por sus besos
más de un guapo cayó preso
por quererla de verdad.
Duerme en la barriada
esa noche mansa
que unas paicas danzan
llenas de place.
Marineros curdas
vagan a toda hora,
el arrabal llora
sus tangos de ayer.
Duerme en la barriada
el silencio rante
de los tiempos de antes
que no han de volver.
Sola,
aquella mujer pasa
va buscando por la plaza
un banco donde dormir.
Cuando
la milonga de aquel fuelle
llegó hasta ella, como al muelle,
con sus quejas de malevo,
pa’ hacerla soñar de nuevo
que es la reina del festín.