Recuerdos de antaño

Entre los campos de Salta
hay un pedazo inmortal,
cuya reliquia sagrada
la historia conservará...
Entre los campos de Salta.

Es una vieja tapera
circundada de laureles,
donde sellaron la gloria
los bravos gauchos de Güemes.
En una vieja tapera.

Multitud de trepadoras
derramando su ambrosía,
convierten aquel lugar
en un edén de alegría.
Multitud de trepadoras.

El zorzal y la calandria,
los charrúas y el boyero,
forman allí su concierto
acomañaos del jilguero.
El zorzal y la calandria.

Y cuando asoma la aurora
anunciando su presencia,
se sienten dianas de triunfo
y gritos de independencia.
Y cuando asoma la aurora.

Por eso, el criollo de hoy día,
al pasar por el ranchito,
se apea de su caballo,
se postra y reza un bendito.
Por eso el criollo de hoy día.

Se humilla allí, ante el recuerdo,
de esa epopeya sin fin,
que secundaron los gauchos
al glorioso San Martín.
Se humilla allí, ante el recuerdo.