Yo quiero que tú sepas, mi noviecita,
que sos la dulce diosa de mi ilusión
y que los dulces besos de tu boquita
hicieron su nidito en mi corazón.
No quiero que te olvides de aquella cita
que de tus ojos negros radiante vi
que me miraban suaves cual virgencita
y desde entonces tu esclavo fui.
Y es por eso que te amo locamente,
porque sos el lenitivo de mi vida,
sos la brisa que acaricia suavemente
la que a mi lado el mundo olvida.
Yo quisiera, mi adorada noviecita,
que conserves esa diosma que te di
porque ella te dirá mi muñequita
que pienso siempre en ti.