Olvidé tu querer

Dulce bien,
perdona mi abandono,
aunque ya no merezca perdón…
Vuelvo a ti
al ver que me tortura
la amargura
de mi fatal traición…

Olvidé tu querer por seguir a otro amor
sin pensar que yo fui tu seductor.
Olvidé tu virtud, y buscando placer
tu pureza y bondad yo desprecié…
Por correr el albur de una loca ilusión,
he destruido tu fiel corazón.
¡Derrotado me ves y te vengo a implorar
porque tú puedes ser mi salvación!...

Yo bien sé
que mi traición no es digna
del consuelo de tu compasión…
Y tan cruel
es mi arrepentimiento,
que me siento
morir sin tu perdón…