Ahogar entre mis manos tu recuerdo infiel,
quitarme las raíces que engendró tu amar,
y entre otras manos puras de santa mujer
tu recuerdo ingrato hágame olvidar.
Yo no quisiera verte nunca, nunca más,
olvidarte quisiera, matar mi pasión,
y sin embargo sabes, no puedo ocultar,
¡que siempre vivirás en mi corazón!
La vida es un sendero
oscuro y sin luz,
para unos es la dicha,
para otros es la cruz.
Mi alma atormentada
no cesa de exclamar,
¡te fuiste para siempre
para no volver jamás!
Humilde como antes, hoy también lo soy,
ni odios, ni rencores, yo guardo hacia ti,
y si un gran cariño te supe ofrendar,
hoy ese cariño me hace sufrir.
La maldición no llega mi boca a decir,
perversa tú has sido, no puedo acallar,
que en vez de aborrecerte y de maldecir,
en vez de odiarte mucho, ¡aún te amo más!...