Llevo en mi pecho las cicatrices
del ser que amaba yo, con locura,
hoy en mis labios llevo amarguras
y es toda mi alma desolación…
Mujer cobarde tú me robaste
ese cariño con puro engaño;
sobre la herida del desengaño
siento la espina de tu traición.
Por eso yo… mala mujer…
Solo piedad… siento por ti;
Tal vez un día
recordando tu pasado,
después de haberte engañado
comprenderás
lo que sufrí.
Hoy ya no guardo para el infame
más que el recuerdo de su falsía
y al hondo efecto que hacia él sentía
lo ha reemplazado la compasión.
Y tú que fuiste como una hermana,
mi buena amiga, mi compañera,
con tu mal paso de traicionera
has destrozado mi corazón.
Tú, como yo… mala mujer…
Has de sentir… lo que sufrí…
Hasta que un día,
llena tu alma de amargura,
al pensar en tu aventura
te acordarás
siempre de mí.