En un lejano rincón
de nuestro suelo generoso como el sol,
gauchos y gringos de acerado corazón
buscaban agua dentro de la tierra.
Mezcla de esfuerzo y azar
aquel desierto del agreste matorral,
el desolado y cruel lugar,
se vino a transformar
en la riqueza nacional.
En esta “nueva y gloriosa nación”,
celeste y blanco es el pabellón
sobre la tierra que nos hizo ver
que abriendo surcos, habrá florecer.
El agua de oro que vemos lucir
es el sonriente feliz porvenir.
En esta “nueva y gloriosa nación”
donde los gringos argentinos son.