Pasaste muchacha, tal vez por mi vida
llevando en tus manos mi vana ilusión;
pasaste muchacha, fuiste presentida
te quise sin verte, con ciega pasión.
Mi ensueño de niño te vio deslumbrante
llegar a mi vera como una visión
y hoy, siendo ya hombre, persigo anhelante
la loca quimera de mi corazón.
Sueños imposibles
ilusiones truncas
de unas esperanzas
que jamás serán;
me voy persiguiendo
en mi loca fantasía,
el sueño dorado
de encontrarte un día,
en la eterna noche
de mi soledad.
Quizá esta tarde el sol en su ocaso,
por distintas sendas su luz derramó,
tú ibas por una, confiada y serena,
y yo por la otra, soñando tu amor...
No sé si es delirio, no sé si es locura,
tal vez a mi vida nunca llegarás,
mas he de buscarte con toda ternura,
lo ruega, lo implora, mi felicidad.