La luna de Tucumán
le dio a tu voz la prestancia
y bajó desde los cerros
toda luz junto a tu caja.
Un remolino de sombras
te llevó a la noche larga,
lloran las piedras tu ausencia
río abajo en la quebrada.
Bien en alto se mantuvo
tu estirpe: Mercedes gaucha,
en alas de la memoria
has de volver hecha zamba.
Hermanada al compromiso
por la vida y la esperanza
cantaste a tus ideales
más allá de nuestra Patria.
Hoy un ángel nos acerca
tu voz colmada de magia
quedando para el recuerdo
tus gorjeos de calandria.