¡Viejo! Hoy me quiero preguntar
porqué de mi extraño orgullo
si a tantos consejos tuyos
no los pude interpretar.
Como derramando el vino
en un gesto de torpeza
despilfarré las respuestas
que hoy quisiera atesorar
¡Viejo! De corazón te lo digo
el hombre que me dio el nombre
no me debiera faltar.
Encontrarme en tu mirada
la mirada del cantor,
como quisiera escucharte
y compartir tu emoción.
De que un fuelle te acompañe
y cantando junto a vos
nos vayamos despacito
tarareando una canción.
Dale: vos que al viejo lo tenés
sentí cuando te aconseja
dejá de inventar tus quejas
y escuchá con atención.
De qué sirve tu arrogancia
de qué vale tanto agrande
si llevás la misma sangre.
Qué te cuesta: un alegrón.
Vamos dale: un abrazo bien grande
y un beso que nunca es tarde
apuntando al corazón.