Yo soy feliz, porque tengo un cariñito;
querido amor que mi vida necesita
cuando la nombro le digo: “Mi Nenita”,
en amorosa expresión sentimental.
Está grabada en mi mente todo el día,
es la visión con que alegro mi camino
vivir así tal vez sea mi destino...
¡es tan femenina que no hay otra igual!
Si oigo su voz… parece ser
como la dulce melodía de un violín
nada trivial es su querer,
que para mí no tiene fin...
Pero jamás puedo saber
por qué mi amor no puedo hablar
cuando la veo entristecer,
¡cuando no oigo su cantar!
Me da su adiós y me llena de alegría
pues creo ser el más bueno de los hombres.
Se grabarán al calor de nuestros nombres
los dos amores de nuestra realidad.
Espero así la caricia de los años
que alfombrarán con las flores mi sendero.
¡Quiero clamar, con cariño verdadero,
que nunca se trunque mi felicidad!