Por
Héctor Ángel Benedetti

La tienda Gath & Chaves también publicó discos

ntre los sellos discográficos activos durante el período acústico, uno de los que mayor relevancia tuvo (no a partir de un repertorio variado o una trayectoria dilatada, sino por su fuerte presencia a nivel histórico) fue Gath & Chaves.

Era producido por el comercio del mismo nombre: la tienda Gath & Chaves, muy popular en Buenos Aires (ubicada en la esquina de Cangallo —hoy Tte. Gral. Juan D. Perón— y Florida), con filiales en varias ciudades del interior del país. La diversidad de productos que ofertaba, con atención permanente a las novedades importadas y el diligente asesoramiento de una legión de empleados, más una acertada política publicitaria, había puesto rápidamente a sus locales como una referencia obligada por surtido, calidad y servicio. No era una exageración afirmar que a Gath & Chaves se podía entrar desnudo y salir completamente equipado.

La sociedad conformada por los empresarios Alfredo Gath (1852-1936) y Lorenzo Chaves (1854-1932) tenía intereses en distintos puntos del mundo, y los discos constituían uno de sus tantos negocios repartidos entre Europa y América.

Las grabaciones no se hicieron en la Argentina, sino en Francia; y si bien suele fecharse su aparición en 1907 (ocasión en que uno de los escasos intérpretes de su repertorio, el matrimonio Gobbi, viaja a París), algunos indicios apuntan a que los registros serían recién de 1909.

Las placas Gath & Chaves eran de veintisiete centímetros de diámetro: dos más que la medida corriente. Esto los convierte hoy, viéndolos con ojos analíticos, en discos un tanto singulares para el común de la época.

En sus parámetros, los Gath & Chaves no tenían número de disco, sino de faz-matriz: es decir, el mismo número de matriz servía para numerar el lado del disco. Cada disco, por lo tanto, tenía dos números: uno por cada lado. Este sistema era frecuente en los sellos de la primera etapa de la fonografía argentina: lo utilizaban Phono d'Art, Scala-Record, Chantecler, Favorite Record, Fonogramas Marconi, Gloria, Homokord, Victoria-Record, Beka-Grand-Record, Avelino Cabezas, Homophon Company G.M.B.H. y algunos más.

De estos números de faz-matriz, al estudioso de la música criolla interesan, sobre todo, dos seriales. El primero corresponde a grabaciones de Alfredo Eusebio Gobbi y Sra.; comienza del 4.500, cortándose hacia el 4.705 para reaparecer en el 4.800 y seguir hasta el 4.922, aproximadamente. El segundo serial pertenece a grabaciones por la Banda de la Guardia Republicana de París y por otra Orquesta no identificada; comienza del 200 y llega cerca del 280. Nótese que serían poco más de doscientos discos, repartidos entre sólo tres artistas.



También viajó a París para realizar grabaciones en esta empresa el compositor e intérprete Ángel Villoldo, aunque aparentemente no llegó a concretarlas. O al menos no se pusieron a la venta; lo cierto es que nunca se vieron discos de Villoldo en Gath & Chaves. No obstante, los primos Héctor Bates y Luis Bates, en su libro La historia del tango: sus autores (1936), mencionaron que sí existían (cf. páginas 200 y 356); y esto llevó a que todavía hoy algunos «historiadores» continúen repitiendo el dato sin preocuparse por corroborarlo, y sin tener en cuenta que jamás apareció ni un solo disco.

Las etiquetas del sello eran de fondo verde claro, con letras marrones y negras, también las había blancas con bordes azules y el título en negro; contra el borde traían escrito, muy notorios, «Buenos-Ayres» (arriba), «París» (abajo-izquierda) y «Santiago de Chile» o «New-York» (abajo-derecha). El nombre «Gath & Chaves» aparecía arriba de la perforación, dentro de un frontón de fondo blanco. En la etiqueta, el número de faz-matriz se ubicaba a la derecha de la perforación. De vez en cuando suele encontrarse con el color de alguna etiqueta degradado hacia una tonalidad amarillenta, por acción del tiempo y de agentes químicos.

Casi nunca figuraba el nombre del autor. El recurso para acreditarlo era otro: sencillamente, se lo mencionaba a voz en cuello al comienzo de la grabación, junto con otros datos del registro. Esta práctica de anunciar auditivamente cayó pronto en desuso y recién se desempolvaría en 1932, con los últimos discos editados por la compañía Brunswick.

En conjunto, los temas grabados en Gath & Chaves denotan un período de transición dentro de la llamada Guardia Vieja. El tango aún es ejecutado con fanfarrias, remitiendo la mayoría de las veces a la clásica imagen del orfeón uniformado en la glorieta de un parque; pero ya algunas pautas de estilo anuncian el inminente afianzamiento de la orquesta típica, que se producirá poco después de la mano de Vicente Greco o de Juan Maglio.

Entre los títulos más recordados que quedaron impresos en estos discos merecen citarse composiciones de Villoldo, como “Cuidado con los 50”, “El Porteñito” y “El choclo”; de Manuel Campoamor, como “El Sargento Cabral”, “Gallo viejo” y “La c...ara de la l...una” de Rosendo Mendizábal, como “El entrerriano”, “Z Club” y “Reina de Saba”; también obras creadas o recogidas por los Gobbi; tangos de Juan Bergamino (“Joaquina”), Feliciano Latasa (“Gran Hotel Victoria (Hotel Victoria)”), Enrique Saborido (“La morocha”), Ernesto Ponzio (“Don Juan (El taita del barrio)”); así como también himnos nacionales, marchas patrióticas, mazurkas, maxixas, pericones, valses y un prolongado etcétera.

Gath & Chaves también publicó grabaciones de repertorio lírico bajo un serial 6.000 (tenor Carlo Albani, dúo Albani-Costa), con etiqueta idéntica a la descripta. Estos discos tuvieron escasa circulación en la Argentina.

Como curiosidad, vale la pena aclarar que se ha informado de una placa con etiqueta de Gath & Chaves que no responde a ninguno de sus parámetros: es de veinticinco centímetros de diámetro, tiene una matriz del serial 20.000 de discos Polyphon Record (el artista es el Prof. Raffaelle Moreno y Bruder) y, aparte, un número de disco que también es de la serie de Polyphon.

Addenda: Una forma no del todo correcta (y, sin embargo, común) de citar el nombre de este sello discográfico, es escribiendo Gath y Chaves. Debe ponérselo con el símbolo ampersand (&), tal como se lee en las etiquetas. Contrariamente a lo que muchos creen, el signo & no es de origen inglés, sino latino: se trata de una grafía de la conjunción et, cuyo significado es y.