Celos - Jacob Gade (1869-1963), el desconocido creador de “Celos”

a melodía ya era famosa desde un cuarto de siglo atrás pero yo la conocí en los años 50. La repetían constantemente por la radio, que en mi casa estaba siempre encendida. Mis padres destacaban las condiciones del cantor. Se trataba de un norteamericano, que ponía énfasis en ciertas palabras y de pronto levantaba la voz, para después cantar más despacito. Ellos lo festejaban. Todos los días a cada rato surgía esa voz. Papá se apareció una noche con el disco y mamá se puso contenta y corrió hacia el combinado para escucharlo. Muchos años mas tarde, revisando los viejos discos de pasta, lo encontré. Estaba en perfecto estado con su etiqueta azul del sello Columbia (C 20001 A. “Celos”, tango de Vera Bloom y Jacob Gade. Canta Frankie Laine con acompañamiento de orquesta. Al piano Carl Fischer). En la otra cara, un bolero de Jerome: “Flamenco”.

Con los años, ya grande y muy tanguero, me pregunté quién era Gade, el autor de esa bella música. Así me enteré que había nacido en Dinamarca, pero nada más.

A comienzos de los 90, llamé a la embajada danesa. Lejanamente, recordaban que hubo una carpeta con algún apunte sobre ese señor, pero alguien se la había llevado. Cuando traté de insistir, años mas tarde, era la embajada la que ya no estaba, sólo quedaba el consulado y tampoco hubo caso. Hoy, gracias a Internet —asunto que todavía no domino— y a mi hijo, pude realizar una investigación más profunda.

Jacob Thune Hansen Gade nació en Vlejel, Dinamarca el 29 de noviembre de 1869 y falleció el 20 de febrero de 1963. Perteneció a una familia de músicos. Su abuelo y su padre recorrían las aldeas cercanas para animar todo tipo de fiestas. Y fue natural que, desde niño, él también comenzara a tocar y fuera un componente más del grupo musical.

Tenía 9 años cuando debutó como trompetista. Debe haber llamado mucho la atención porque, apenas un año más tarde, es invitado a Copenhague para ser solista en la orquesta de La Guardia de Tivoligardens, un famoso parque de diversiones. Fue recién a los 12 años que comenzó a recibir enseñanzas de violín, primero con su padre y luego con profesores de mayor conocimiento. Muy pronto dejó traslucir su ambición, quería ser reconocido y para ello decidió ir a vivir a la capital.

Comenzó a componer música campestre, polcas y ritmos similares. Con un ínfimo capital partió apurando su destino. Soñaba con ser director de orquesta, escribir valses, por entonces estaba convencido que era la mejor música del mundo. Pasó un tiempo difícil, por las noches, dormía en la entrada de los edificios, en el hall cerca de las escaleras.

El trabajo comenzó en pequeñas cafeterías y, unos dos años más tarde, con sólo 18 años, comienza a vincularse y lo convocan a tocar en una opereta en Frederiksberg, el centro nocturno de la diversión, en aquel entonces.

Prolífico compositor, en el año 1900, le editan por primera vez una canción de brindis titulada “Da el sol en las uvas maduras”, con letra de su descubridor Lorry Feilberg. Resultó una canción muy popular y entre otras fue cantada por Elna From, una actriz de teatro diez años mayor que él, que fue su primer amor, con ella tuvo 3 hijos aunque nunca se casaron. Se separaron en 1906 y dos años más tarde, en Cristiania, entonces capital de Noruega, se casó con otra actriz: Mimí Mikkelsen, con quien vivió hasta la muerte de ella, en 1951.

Integró varias orquestas hasta que en 1903 ya dirige la suya. No cambia el rumbo, es creador y difusor de música bailable. En 1909, el reconocimiento que se tiene de su trabajo lo lleva a ser contratado por el famoso Hotel Bristol, enfrente de la plaza principal de Copenhague. Comenzó a profundizar sus conocimientos musicales, apeló al maestro Max Schlüler, un importante concertista. Gade ya tenía 30 años y es demasiado mayor para ser un concertista de música clásica. Tiempo antes, por la misma razón había sido rechazado en el Real Conservatorio de música danesa.

En 1914 comienza a dirigir orquestas teatrales y también de los cines más importantes, durante la proyección de los films mudos. Al mismo tiempo, da una serie de conciertos como solista incluyendo una obra de Paganini. Como compositor atraviesa una etapa de producir valses con títulos en francés. Utiliza varios seudónimos como Maurice Ribot, León Bonnard, James Wellington, Fred Marshall y Jascha Tjenko. Decía que ellos lo hacían mas conocido ya que le daban un toque internacional. El principal diario de la ciudad lo menciona como El rey del vals. Su sueño juvenil se va cumpliendo.

En 1919 viaja a Nueva York, integra orquestas en los cines, hasta llegar a formaciones con 80 componentes y, pronto, otra satisfacción, es elegido por concurso para integrar la Orquesta Filarmónica de Nueva York. Son dos años donde sólo se dedica a la ejecución de música clásica.

El retorno a su país es para dirigir la orquesta del Cine-Teatro Palace y componer y arreglar música para las proyecciones de las películas. De esa época es la creación de “Celos”. Cuentan que su título fue lo que inspiró la melodía. Estaba de descanso en Cristiania, en un molino alejado de la ciudad, cuando llegó a sus manos un diario donde leyó que un hombre había matado a su mujer por celos.

Su período dorado continuó hasta 1929 cuando llega el cine sonoro. Pero poco lo afecta. En 1931 inauguró el Teatro Nacional Scala, allí continuó tocando música de entretenimiento, música para bailar. Su carrera como director y ejecutante ante el público finalizó por propia determinación.

Su tango gitano “Celos” fue un suceso mundial. El tema fue encargado por la producción del film Q. el hijo del Zorro, con Douglas Fairbanks y Mary Astor, y ejecutado por primera vez el lunes 14 de septiembre de 1925, con motivo del estreno de la película, inmediatamente después de su proyección y puso a Dinamarca en el mapa mundial de la música. Sus derechos de autor fueron tan importantes que, en la década del 70, se calculaba que la canción debía emitirse, al menos, una vez por minuto en alguna radio del planeta.

Luego de “Celos”, se dedicó solamente a componer, retirado en una casa campestre. Allí, entre otros, nacieron “Rapsodietta” y otro tango “Romanesca”, que fueron editados en Copenhague y en París. Volvió a Norteamérica en 1939, donde le ofrecieron editar toda su obra.

El 8 de abril de 1940 retornó a su país. Al día siguiente, los nazis invadían Dinamarca. Lo pudo sobrellevar radicándose en la isla de Fiskerleje, donde continuó componiendo. De allí surgió un exitoso vals: “Caprichoso”. También, otros tangos: “El matador”, “Tango charmeuse”, “Lille Mary Anne”, “Laila (Azucena)” y “Tango Glamour”.

“Celos” nació instrumental, pero luego en cada país le pusieron una letra, a su gusto y preferencia comercial. Es el caso del señor Bloom para el citado Frankie Laine. En Finlandia se conoce la del señor Kuliervo. En Inglaterra, la entonces famosa orquesta de Geraldo Brigth presentó a su cantor Monterrey (su apellido real era Montgomery), entonando una letra de E. Way y así tantos por el estilo.

En nuestro país se respetó siempre su forma instrumental. Destacamos las versiones del Sexteto Mayor; de Nito Farace, quien hizo un original y delicado arreglo, con el violín solista de Simón Bajour; la de Osvaldo Requena con Fernando Suárez Paz en el violín; la de Francisco Lomuto y la muy tanguera pero con el violín casi ausente de Florindo Sassone. El tema tiene la belleza de sus solos de violín, sin ellos la obra pierde su encanto.

A raíz del éxito de “Celos”, hubo un conflicto jurídico con la editorial danesa Wilhelm Hansen, a la que Gade le había cedido los derechos de todo lo que compusiera hasta determinada fecha. El compositor transgredió lo acordado y edita “Celos” en su propia editorial, Gade y Warny, creyendo que el contrato estaba vencido, el mismo día del referido estreno. La situación se resolvió luego que Gade cediera una parte de los derechos.

El tema fue incluido total o parcialmente en más de 100 películas, en numerosas series de televisión y en toda nueva forma de reproducción desde el disco en adelante.

Al redactar su testamento en el año 1956, incluyó su voluntad de que todos sus bienes y los derechos futuros fueran para una fundación que debería crearse con su nombre, en ayuda a músicos jóvenes y talentosos. Explicando el motivo, dijo: «Aún me acuerdo de las dificultades de tipo económico y educacional que tuve de joven, cuando llegué a Copenhague con el propósito de crearme un medio de vida con la música».

Con su testamento abrió una cuenta bancaria con el depósito de 100.000 coronas. En 1993, la editorial fundada por Gade le hizo juicio a la de Hansen por lo cuantioso de la cifra que ésta cobraba por los derechos de “Celos”, pero la corte falló en contra. Los acuerdos debían respetarse.

Todos los años la fundación realiza, en la ciudad natal de Gade, un concurso para jóvenes violinistas. El 8 de noviembre de 1970 se publicó una estampilla conmemorando el centenario de su nacimiento.

Hay un arreglo musical particular sobre “Celos” para un quinteto de vientos, que fue estrenado en la celebración de las bodas de plata de la reina Margarita de Dinamarca, en el castillo de Elsinore en junio de 1992.

En 1998, salió editado por el sello Dacapo, un disco con parte de sus obras —algunas inéditas—, interpretadas por la Orquesta Sinfónica de Odense, dirigida por Matías Aeschbacher con el violín solista de Bjarne Hansen. La crítica comentó: «Es increible que una música desconocida y tan buena haya quedado relegada ante la popularidad de “Celos”».

Los autores de esta nota agradecen al pastor Andrés R. Albertsen, por las traducciones de los textos daneses consultados.