Por
Villoldo y su tango criollo, “Sacame una película, gordito”
uién era el gordito en cuestión que despertó la curiosidad de Villoldo?
Ni más ni menos, que un italiano que asomó por nuestra ciudad en 1905, al frente del coro de una compañía de ópera y se quedó en Buenos Aires cuando sus compañeros partieron.
Este personaje, se ganó la vida como pianista en cafés a los que concurrían escritores, gente de teatro, periodistas. Pero su destino era otro. Los balbuceos del cine lo tentaron, así, en 1908, se convirtió en el pionero del cine argentino al realizar el primer film con argumento de su historia. Su nombre: Mario Gallo.
Se hizo de dos socios para distribuir películas extranjeras. Luego, filmó breves documentales como Plazas y paseos de Buenos Aires y por fin emprendió el rodaje de El fusilamiento de Dorrego, con actores de nuestro teatro.
Después rodó Juan Moreira, que contó con la adaptación de un futuro hombre de tango, José González Castillo y con el joven actor Enrique Muiño. Para 1910, filmó La creación del himno y La revolución de mayo. El mismo año realizó Muerte civil con la presencia del trágico italiano Giovanni Grasso.
Más adelante, entre otros títulos cabe destacar La batalla de Maipú, filmada en los terrenos que hoy ocupa el estadio de River Plate y previamente un hipódromo. Los actores que interpretaban a San Martín y a O'Higgins jamás habían subido a un caballo, por eso cuando se deben dar el histórico abrazo, los dos se fueron al suelo.
Gallo dejó su marca en la industria del cine y abrió la pantalla grande al género histórico. Tuvo sus años de fama, y como la historia del tango incluye gran parte de la historia cotidiana de nuestra ciudad y del país también, no faltó quien reparara en él, en este caso un nombre fundacional como el de Ángel Villoldo.