Por
Gustavo Cirigliano

No, alondras no hay

on las letras de los tangos, y aún con los títulos, cuando aquellas no existían, podemos trazar un mapa historiográfico de nuestro país y de Buenos Aires en particular. Todo se puede hallar. Nombres y apellidos de personajes que tuvieron su momento, civiles o militares, escritores, algunos de sus personajes, nombre de flores, de mujeres, de caballos de carreras, deportistas, colores, pájaros y un listado interminable de situaciones por las que atravesó el país.

Un profesor de filosofía, que acostumbraba a introducir el tema tango en sus clases, supo una vez preguntar a su alumnado quien conocía el nombre de un pájaro cantor de la familia de los aláudidos de 17 a 20 cm de largo, con la uña del dedo posterior de cada pata casi recta, mas larga y afilada. Como nadie contestaba, agregó: canta en el vuelo tanto más fuerte cuando mas alto. De plumaje marrón de distintos tonos en el lomo y el vientre liso, más claro, que anida en el suelo, habita zonas cálidas y todos los que escuchamos tangos lo conocemos de nombre pues aparece frecuentemente. Finalmente, alguien pronunció «la alondra».

Se podría decir que es el ave predilecta de cierta fantasía tanguera. Posiblemente, sea su nombre una motivación poética, un recuerdo de ciertos rincones franceses y españoles, ya que en esos países fue utilizado por mujeres, que han transitado el medio artístico adoptándolo como seudónimo.

En las letras se hallan numerosos nombres de pájaros: gorriones, palomas, zorzales, calandrias, horneros y varios más. «Alouette» como se la denomina en Francia, también suena dulce y poético.

Uno de los alumnos formuló la pregunta esperada: «Todo muy instructivo, pero ¿qué relación tiene la alondra con el tango?» Y el profesor respondió: «Ni en Buenos Aires, ni en el resto del país existen alondras».

¿Qué ocurrió, qué pasó por la cabeza de los autores, quién fue el primero en nombrarla para que después otros tomaran la posta? Imposible saberlo, como es imposible leer todas las letras existentes y conseguir un dato que esclarezca.

A continuación la cita de alguna estrofa de los pocos tangos que llegaron a nuestra memoria. Vayan como ejemplo:

Barrio viejo”, de Eugenio Cárdenas.
Primera estrofa: Calles donde mi lindo barrio se alzó, / Calles que guardan mis recuerdos de ayer. / Vuelvo lo mismo que una alondra, / Trayendo en mis canciones / Los ecos de las frondas.


Malena”, de Homero Manzi.
Primera estrofa: Malena canta el tango como ninguna / Y en cada verso pone su corazón. / A yuyo del suburbio su voz perfuma, / Malena tiene pena de bandoneón. / Tal vez allá en la infancia / su voz de alondra / tomó ese tono oscuro de callejón.

Balada para un loco”, de Horacio Ferrer.
Primera cuarteta luego del recitado: Quereme así piantao, piantao, piantao... / Trépate a esta ternura de locos que hay en mi, / Ponete esta peluca de alondras y ¡volá!, / volá conmigo ya, ¡vení, volá, vení!

Madame Ivonne”, de Enrique Cadícamo.
Segunda estrofa: Madame Ivonne, / la cruz del sur fue como el signo. / Madame Ivonne, / fue como el signo de tu suerte. / Alondra gris tu dolor me conmueve, / tu pena es de nieve... / Madamme Ivonne.

La vi llegar”, de Julián Centeya.
Primera estrofa: La vi llegar... / ¡Caricia de su mano breve! / La vi llegar... / Alondra que azotó la nieve. Amor, pude decirte / se funde en el misterio / de un tango acariciante / que gime por los dos.

Mamboretá”, de Francisco García Jiménez.
Tercera estrofa: Por el milagro la copa quiero alzar, / hoy es alondra / quien fue mamboretá. / Nada pregunto ni sospecho. / No sé lo que habrás hecho, / cansada de llorar.

Canto de ausencia”, de Homero Manzi.
Primera cuarteta: Tu ausencia me ha encerrado entre las sombras. / Oscura realidad de mi abandono. / Me llaman desde el alba las alondras, / y hundido en mi dolor ya no las oigo.

Eras como la flor”, de Mario César Arrieta.
Estrofa final: Así, / así te conocí / con tu pasado gris / desnudo en el teclado. / Y el corazón, / alondra volandera, / abierto en flor / al filo de las penas. / Y así, / desde que te perdí / desentrañando tu destino en notas. / Te recuerdo y te llevo en cada tango.

Solamente están referidos ocho ejemplos y en dos de ellos se relaciona a la alondra con la nieve, que da una imagen de mayor fuerza poética o mayor dramatismo. No es lo mismo que nombrar al pájaro en tierras cálidas de los campos de España o de ciertas zonas del África que son, entre otros, su hábitat común.

Por último, cinco obras con el nombre de la inspiradora ave: “Alondra”, con este titulo hay dos tangos: el más grabado lleva música de Nerón Ferrazzano y letra de Francisco García Jiménez; el otro pertenece a Roberto Rufino con versos de Andrés Falgas quien, además, lo llevó al disco; “Alondras”, de Alberto Soifer y José María Contursi, con varios registros; “Mi alondra”, de Oscar de la Fuente, grabado por Rodolfo Biagi con Hugo Duval y, por último, “Una alondra en el Japón”, de Rosaura Silvestre e Irma Lacroix, con registro de la compositora.