Por
Daniel Pedercini

Cordisco - Conversando con Alfredo Cordisco

hiquito, desgarbado y siempre sonriente, a lo que se suma un talento extraordinario, Alfredo Cordisco es uno de los últimos bandoneonistas pertenecientes a la historia grande del tango. Con sus 95 años, fue para mí conocer, además de sus dotes profesionales, a una persona llena de vida y de futuro, simplemente... placer puro.

«Nací en la Quinta Bollini hoy llamada Palermo Hollywood. En 1927, con 11 años, estudié piano con el maestro Hércules Balsangiacomo y me recibí de profesor. Pero siempre me tiró el bandoneón, por eso, en 1932, comencé a estudiar técnica de bandoneón con el maestro Alfredo De Franco.



«En 1933 debuté en Radio Porteña, la que hoy es Radio Continental, en la orquesta de José Rebolini.

«Entre 1934 y 1939, estuve en la orquesta de Roberto Firpo, allí me di cuenta que mi carrera estaba encaminada.

«Luego se cumple uno de los sueños de mi vida, integrar la orquesta de quien puso una bisagra entra la guardia vieja y lo que venía, fue en 1939, cuando paso a formar la fila de bandoneones de la agrupación de Julio De Caro, con quien me mantuve hasta 1944.

«Y en 1945, otro sueño, participar en la orquesta de Pedro Maffia, con la que recuerdo varias presentaciones en el viejo e histórico Cabaret Tibidabo.

«En 1946, con la inquietud que siempre me caracterizó, integré la única orquesta dirigida por una mujer, la de la rosarina Ebe Bedrune. Luego pasé a la orquesta de Francisco Lomuto, entre 1948 hasta su muerte, y por ende, el fin de la formación, hecho que ocurrió en 1950. Allí tuve un gran amigo que recién iniciaba su carrera, el cantor Miguel Montero.

«En 1951 pasé a integrar la fila de bandoneones en la orquesta de Rodolfo Biagi, y luego, ya en 1952, fui parte del Cuarteto Los Ases de Gerónimo Bongioni.

«Dos años después, armo mi propio cuarteto, quería rememorar los de la guardia vieja, es así que lo titulé Cuarteto de la Guardia Vieja. Con esta agrupación actué, en varias oportunidades, en Radio Belgrano. Lo integraban: Carlos Hergot (piano), Alfredo Liguori y Luis Funes (violines) y yo (bandoneón).

«Recuerdo que en el 55, mi amigo y uno de los primeros directores que creyó en mí, Roberto Firpo, me llama para participar en varias grabaciones de su cuarteto.

«Pasaron varios años y, en 1988, fui convocado para integrar la Orquesta Símbolo Francisco Canaro —bajo la dirección de Ricardo Francia— para presentaciones en Japón».

En el año 2004 fue nombrado por la Academia Nacional del Tango como académico de honor. Asimismo, es uno de los socios fundadores de la Sociedad Argentina de Autores y Compositores (SADAIC) y su carnet lo delata al ser el número 18.



Como autor, le pertenecen entre otras obras: “Rendido”, junto a Alberto Leiva, que grabara la orquesta de Alfredo De Angelis con la voz de Julio Martel y también los tangos “Por él” (con letra de Carlos Jonsson) y “Yo soy de la vieja ola” (en colaboración con Alberto Castillo y Carlos Jonsson).

Don Alfredo Cordisco, y le digo don con todo el respeto que esa definición conlleva, es uno de esos personajes que, seguramente, vivirán para siempre en mi memoria, no sólo por su arte, también por su humildad y don de gentes.