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El fonógrafo en Buenos Aires y los primeros discos con temas criollos
n Buenos Aires las noticias sobre el nuevo invento no pasaron inadvertidas. Se decía que era un mecanismo destinado a perpetuar la voz humana, fijando los sonidos en una tira de papel estaño, que colocada en un aparato determinado reproduce en cualquier tiempo y con exactitud los sonidos que en él se hubiesen fijado.
En 1878, se presentó el invento en nuestra ciudad: «Todos han de acudir a ver semejante espectáculo, que es el de repetir la voz humana por medio de un aparato maravilloso. Entrada 20 pesos». La exhibición era en la calle Florida, en el actual número 347.
Los aparatos marca Edison recién arribaron en el año 1891, pero fueron solamente dos. Y dos años mas tarde ya llegaron en cantidad respetable para la época. Además, 400 cilindros para ofrecer un programa variado. El prodigioso invento dejaba oír trozos de música y discursos de renombrados cantantes y notables oradores.
Primero se explotó como un medio de exhibición en la Capital y en las provincias. De a ocho personas a un peso, cada una por media hora de programa. Pero también estaban aquellas personas que compraban aparato y cilindros para su entretenimiento personal.
A partir de este hecho, comenzó la persecución de la colmena de cantantes existentes entre nosotros para obtener sus voces en los cilindros destinados a la reproducción.(ver nota “El fonógrafo y el gramófono”) En Estados Unidos, Berliner, antes de desaparecer su empresa en el 1900, había grabado el que sería el primer tema argentino, el Himno Nacional, a través de un tenor italiano llamado Arturo Adamini, con acompañamiento de piano (disco Berliner-Gramophone año 1897) Desde ese año se introducen los discos gram-o-fone y los aparatos para escucharlos, sale la publicidad en la revista Caras y Caretas: «Es un aparato de gran sencillez que reproduce los sonidos con voz natural y asombrosa potencia».
Se graba en numerosas ciudades de Europa y llegan discos como: “Hablando con Tomaso Salvini” (Milán), “Canto de la verbena de la paloma” (Madrid), temas por la “Banda Republicana de París”, etc.
Es de destacar el enfrentamiento publicitario entre dos de los comercios encargados de las ventas. La casa M. Repetto y Cía. (Cangallo 679) se refería a «Los mas modernos modelos que permitían hablar y cantar tan alto y tan claro como la voz humana, se oye claramente a 300 metros». Mientras que la Casa Cassels hacía referencia a los 3000 discos recibidos grabados en Milán con acompañamiento de orquesta.
El 24 de julio de 1902, la Casa Repetto obtuvo la marca registrada Royal Record, con una flor de lis como logotipo. Pocos días más tarde se anunciaron los “Discos Criollos” tomados en Buenos Aires para Gram-o-fono o Zon-o-fono, pero solamente la matriz que era enviada a Europa, donde se hacía el master y se tiraba una prueba que retornaba a Buenos Aires para su aprobación, recién entonces se hacía el pedido. No era tan sencillo.
Los “criollos” se conocieron en 1905. La etiqueta dejaba leer Royal Record y entre ambas palabras el logotipo de la flor de lis. Un aviso fue: «Llegó “La carcajada del Negro Juan” por Navas». Y agregaba: «Cien discos vendidos en un día». Otros discos ofrecidos eran canciones criollas acompañadas por guitarra e interpretadas por Arturo de Nava, nombre real Arturo Navas Sosa, hijo del payador Juan De Nava, ambos uruguayos.
El padre fue contendiente de Gabino Ezeiza que lo derrotó en Montevideo. Juan fue autor de numerosos versos que su hijo llevó al disco. De ellos salió “El carretero”, que más tarde grabara Gardel (la partitura le adjudica la obra a Arturo). Hablamos de un tema, pero sólo uno de nosotros (los coleccionistas) posee unos 200 discos del cantor, por lo que suponemos que en su vida debe haber grabado el doble. Y entre las piezas que grabó por primera vez se hallan los versos musicalizados y cantados por Alcides de María, Elías Regules y otros, algunos títulos son: “La tapera”, “Amor de madre”, “El usurero Paredes”, “Décimas”, “La Ñatita” y partes de obras escénicas como “Ensalada criolla” (de Enrique Buttaro y Eduardo García Lalanne) y “Los amores de Giacumina”.
Otra voz que llegó al disco fue la de Alfredo Munilla (no confundir con Diego Munilla del que no se encontró ningún parentesco). Primero para Zon-o-phone registró 20 temas y años después, para Columbia, intervino en dúos, tríos y recitados. Otro fue Eugenio Gerardo López que grabó centenas de discos como solista, en dúos y tríos. Los más famosos fueron escenas históricas, imitación de discursos políticos, etc. Y fue el primero, para el sello Edison, en grabar propaganda comercial: “El gaucho y el fonógrafo”.
Hubo nombres de los que nada se sabe, como Andrés Boga, Arnaldo Gómez, Amalia Colón o Eloísa Ceballos. Se debe nombrar también a José María Rizzuti (padre del pianista y compositor tanguero), quien estuvo al frente de la Banda de Policía que dejó una docena de registros.
Años más tarde, estos temas fueron las rarezas pues habían aparecido los tangos. Y debemos citar al español Francisco Payá (1879-1929), aquí imprimió una fantasía propia, “Ojos criollos”, junto a mazurcas, polcas, valses etc. No fue conocido y los discos inhallables, menos se conoce su voz. Pero si llegó a saberse de los numerosos títulos de temas por él compuestos.
No se tiene noticias que pasó con la Casa Repetto, si suspendió el trabajo o dejó la actividad hacia 1905. Al año siguiente, se presentaron como “Zonófono”, 340 matrices-discos con la voz de payadores, dúos y solistas. Como José M. Madariaga, Gabino Ezeiza, Higinio Cazón payadores. Dúos como Lola Contreras y Ángel Villoldo, Lola García y Villoldo. Solistas fueron el mismo Villoldo (también con el seudónimo de Gregorio Giménez), María Antonieta Garay, Rogelio Juárez, Arturo De Nava, Andrée Vivianne, Francisco Carbonel. Solo de piano a cargo de Vicente Abad. Casi todos los temas fueron interpretados por Villoldo, solista o a dúo con Arturo De Nava.
De aquí en más, por razones comerciales y judiciales, ocurrieron separaciones y nuevas sociedades, lo cual explicaría la desaparición del mercado argentino de los discos Zonophone con temas criollos. Comenzaba una nueva etapa, por lo menos hasta la aparición de las grabaciones eléctricas.
Nota de la dirección:
Nuestro colaborador Enrique Binda, formuló dos observaciones a esta crónica: Respecto a los discos marca Royal Record que efectivamente fueron los primeros tanto en ser grabados en Buenos Aires, como contener repertorio local o "criollo", sugiere el autor que si bien son de 1902, recién aparecieron a la venta en 1905. No fue así, sino que lo fueron en el mismo 1902. Como prueba está el aviso de Caras y Caretas Nº 203 del 23/08/1902, el cual entre otros datos, indica que son «los primeros puestos en venta en Bs As». Y precisamente el aviso mencionado por Lucci dando cuenta de la llegada del Nº 11247 con "La carcajada del negro Juan", del cual se vendieron cien en un día, es de Caras y Caretas Nº 211 del 18/10/1902. Por ello, no se deben confundir estos discos que si bien eran Zonofono fueron comercializados bajo el sello Royal Record, con los genuinos Zonofono de nuevo repertorio grabados luego en 1905.
El otro equívoco es negar parentesco entre los cantores Diego y Alfredo Munilla. Si bien casi siempre grabaron por separado, el catálogo Victor detalla tomas efectuadas en 1912 por los "Hermanos Munilla". Para despejar dudas, un tema tiene como compositor a Alfredo y tres a Diego.