Por
Carlos E. Benítez

El tango “Silencio” y un contexto trágico

ardel grabó el tango “Silencio” en tres oportunidades, paran el sello Odeon. Dos con las guitarras de Domingo Julio Vivas, Ángel Domingo Riverol, Guillermo Barbieri y Horacio Pettorossi (cinco matrices, cuatro del 14 de febrero y la otra, del 13 de mayo de 1933), y una con la orquesta de Francisco Canaro. Todas tuvieron el agregado de un coro femenino.

El coro en las grabaciones con guitarras, lo integraron las hijas de Guillermo Barbieri: María Esther y Adela, (tías de la actriz Carmen Barbieri). Para la grabación con Canaro, el coro lo formaron: Blanca del Prado, Felisa San Martín, Élida Medolla, Corina Palermo, Emilia Pezzi y Sara Delar.

Fue uno de los temas del film Melodía de Arrabal, realizado en los estudios Paramount de Joinville, Francia, con la dirección de Louis Gasnier (estrenado en Buenos Aires, el 5 de abril de 1933, en el Cine Porteño de la calle Corrientes). Carlos Gardel lo canta en la película, acompañado por la orquesta de Juan Cruz Mateo de la que Horacio Pettorossi era miembro.

Un ruso blanco —Pablo Gorguloff–, recién salido del manicomio y deseoso de llamar la atención sobre su miserable destino, asesinó a tiros a Paul Doumer, presidente recién electo de Francia y la situación de los emigrados rusos comenzó a hacerse insostenible. El crimen fue el 6 de mayo de 1932.

Años atrás, cuatro de los ocho hijos de la víctima, fueron militares y muertos durante la Primera Guerra Mundial (1914–1918): el capitán Marcelo Doumer, muerto en combate aéreo el 28 de junio de 1918, el capitán René Doumer, muerto en combate aéreo el 26 de abril de 1917, el teniente André Doumer, muerto delante de su madre Nancy el 24 de septiembre de 1914, el mayor ayudante de médico Armand Doumer muerto el 5 de agosto de 1922.

La lápida conmemorativa de Paul Doumer y sus cuatro hijos se encuentra en La Ferme de Navarin, monumento osario donde descansan los restos de 10.000 combatientes, situado a 45 kilómetros al este de Reims, a una treintena de kilómetros en el norte de Châlons-en-Champagne en Somepy-Tahure (Marne).

Este duelo dramático emocionó y, muy probablemente, inspiró en 1932, una de las canciones más tristes plasmadas por Gardel. Tanto Alfredo Le Pera como Pettorossi imaginaron el dolor de la señora Doumer.

La letra de “Silencio” sería un homenaje a la soledad de las madres, mientras los soldados mueren en el campo de honor.

Paul Doumer fue el 14º presidente de la República de Francia, desde el 13 de junio de 1931 hasta el 7 de mayo de 1932. En 1896 fue gobernador general de Indochina, donde concibió su estructura colonial. Primero fue presidente del Senado y luego de la República. Le gustaba el contacto con el público, lo que fue fatal. En el Hotel Salomon de Rothschild, en una exposición de escritores, surgió de entre la multitud Gorguloff, quien derribó al presidente de tres disparos. Fue trasladado al Hospital Beaujon, donde no fue bien atendido y estuvo en coma. Murió a la noche siguiente, sin cumplir un año de mandato. Después del funeral celebrado en la catedral de Notre Dame de París, su mujer se negó a que fuese sepultado en el Panteón y se realizó en la tumba familiar. El asesino fue ejecutado el 14 de septiembre de 1932 en la guillotina.

Blanche Richel de Doumer, «la viejecita de canas muy blancas», que como se observa en la foto, tenía pelo renegrido, nació el 8 de junio de 1859 en Soissons (Aisne) y falleció el 4 de abril de 1933. Después del crimen de su marido, recibió cartas de pésame de jefes de Estados y de las personalidades más importantes. Luego, desapareció de la vida pública. La antigua Primera dama, desesperada, sobrevive sólo un año a la muerte de su esposo. Fue embestida por un coche en abril de 1933.

Conclusión
Pettorossi y Le Pera se encontraban en un país que aún no había cicatrizado las heridas de «la gran guerra». Muchos franceses, incluido un gran amigo de Gardel, Marcel Lattes, solían hablar sobre estas desgracias. Entre ellas, la del asesinato de Doumer y las de sus hijos muertos en combate.

Pero el tango “Silencio” no es una transcripción exacta de esta trágica historia. En realidad, comprobamos que existe una única tumba familiar, en contraposición con el relato «de las cinco tumbas». Los militares muertos fueron cuatro y no cinco como dice la letra. Asimismo, Blanche Richel, tuvo muy poco tiempo para llorar a sus hijos ya que falleció en 1933. Además, la viejecita de canas muy blancas tenía pelo renegrido.

Valorable el vuelo de los poetas, que a partir de estas vivencias, escribieron uno de los tangos más sensibles de la historia, magistralmente cantado por El Zorzal.