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Ser DJ de tango - Parte 3: Dando forma a la velada
n la parte previa de este artículo vimos cómo armar una buena tanda. Esta es una habilidad fundamental, pero el DJ experimentado esto ya lo ha dejado atrás. La pregunta clave es qué poner a continuación, y aquí es cuando ser DJ se convierte en un arte. La música es energía y emoción. Como ya hemos visto, una tanda no sólo tiene una cualidad energética, sino también una forma. Lo mismo es válido para la totalidad de la velada. A través de sus selecciones musicales, el musicalizador crea una estructura y una forma energética que se enarca por sobre toda la milonga, haciéndola una unidad, un todo completo y satisfactorio.
Lo bueno es que esto no es el trabajo del DJ solamente. La tanda que sigue es el encuentro del DJ con el clima y la energía del salón, que los bailarines crean en conjunto con el DJ. Se habla de “saber leer el salón”. Esta es una importante y rara habilidad, pero, en mi opinión, la razón de que sea rara es porque muchos DJs se preocupan demasiado por la elección de la música (probablemente porque no la conocen lo suficiente) en vez de lograr una conexión con los bailarines. El DJ debe prestar una atención dual: en parte, interior, hacia su sentimiento por la música, y en parte, externa, hacia la energía y el clima del salón.
Si se tiene una buena conexión con el salón, se vuelve mucho más fácil la elección de la próxima tanda. Es una cuestión de sensibilidad. ¿Qué está pasando con la energía en el salón (está creciendo, está decayendo, permanece igual) y qué es lo que uno quiere hacer con ella – seguir esa dirección, cambiarla, o hacer un contraste – para cambiar el color y el clima musical? Va la gente a sentarse? Siempre, hay más de una respuesta correcta. Esto es resorte del DJ y del clima y del flujo que quiere crear. A veces, la canción que uno “quiere” poner a continuación puede incluso empezar a sonarnos en la cabeza – y entonces uno debe recordar cómo se titula, para lo cual no hay nada mejor que conocer la música realmente muy bien.
Aumentar la energía podría significar elegir música que sea más rápida, o que sea más intensa. Hacer un contraste podría querer decir cambiar de música rítmica a más melódica, hacer un cambio de tempo, o un cambio en la complejidad y elaboración de la música.
Es de mucha ayuda hacer un mapeo del espacio musical a través del cual la música se mueve, considerando las cualidades de la música y sus opuestos extremos, por ejemplo: rápida o lenta; simple o compleja; dura o blanda; calma o dramática; suave (ligada) o cortada (staccato); más rítmica o más melódica; dinámica o “cuadrada”. Pese a que parte de la música está situada en un polo (por ej.: o rítmico o melódico), la mayoría de ella es más equilibrada, ocupando un espacio en algún lugar a lo largo del eje entre los dos extremos. Por ejemplo, tanto D’Agostino-Vargas como Tanturi-Campos equilibran los elementos rítmicos y melódicos de su música.
Por otra parte, la música siempre tendrá más cualidades de las que uno podría describir con categorías, especialmente cuando comenzamos a considerar las diferentes emociones que el tango produce. Es por eso que hablamos de energía. Aunque puede sonar un tanto vago, incluye todas estas cualidades, y es algo que los bailarines sienten.
¿Cómo saber cuándo uno ha hecho una buena elección?
No hay nada de misterioso en esto. La buena música hace que la gente quiera bailar, pero también hace que la ronda fluya mejor, porque la música afecta los movimientos de los bailarines. Observar el piso le da a uno una idea inmediata. ¿Cómo está el ambiente en el salón?
Poner listas de temas o improvisar
Si la situación es predecible, por ej.: en una milonga habitual con una concurrencia conocida y corriente, el DJ puede hacer un buen trabajo con una lista fijada, por ej.: con toda la música decidida de antemano.
Por el contrario, hasta en una situación conocida, los planes de uno pueden fácilmente perturbarse. El clima y el salón podrían tener una temperatura más elevada que la normal (los bailarines no quieren música con energía muy alta), o más fría (los bailarines necesitan entrar en calor). Entonces el DJ tiene que responder de acuerdo al piso. Debe primero tener una lectura del clima de la milonga, y luego elegir qué pasar a continuación.
Ser DJ, por consiguiente, no es un proceso en una única dirección. Es un diálogo entre el DJ y los bailarines. El trabajo de DJ es un acto de participación – de compartir el amor por la música. El buen DJ raramente se frustra por no poder bailar debido a sus deberes de DJ. Está en contacto con los bailarines, y está, en un sentido, bailando ya con todos en el salón.
Controlar lo que uno está haciendo escuchar
Algunos de los DJs que improvisan planean sus tandas por escrito, con un ciclo de tandas por renglón, algo como esto:
T | T | V | T | T | M |
D'AgostinoVargas | RodrÌguezFlores | Donato | Canaro'32-'34 | Firpo | Di Sarli |
D'Arienzo '37 | Troilo '41 | Canaro | De Angelis'49-'50 | Laurenz | Biagi |
¿Por qué haríamos esto? La principal razón es que te da, con un golpe de vista, una visión de conjunto de dónde estás en la milonga. Cuando era un DJ principiante no hacía esto, pero a medida que me fui enfocando más en el flujo de energía, esto se volvió útil. Ya que cada fila es un ciclo de 6 tandas – cerca de 70 minutos – tal gráfico puede ayudar a planificar con anticipación, para finalizar a una hora determinada.
Aprender de otros DJ
La mejor forma de mejorar como DJ es aprender de otros DJs. Una manera es preguntar por opinión, pero sólo a DJs experimentados y maduros. La mayoría da consejos que están de acuerdo a su propio gusto personal. Tales recomendaciones son básicamente inútiles.
Aprender de otros DJs también significa escuchar qué es lo que ellos ponen. Deja tu propio gusto musical de lado y observa el clima que el Dj está creando. Para dar un ejemplo personal, mi forma de ser DJ mejoró cuando me di cuenta que las mujeres DJs que escuchaba, a menudo, creaban un clima distinto que los hombres. Su música me parecía menos oscura.
Mientras que el DJ principiante tiende a pasar la misma música en todos lados, el DJ experimentado pasa cosas diferentes para oyentes diferentes. Esto significa que necesitas oírlos más de una vez para darte cuenta realmente de lo que ellos hacen.
Otra cosa para escuchar es qué períodos prefieren otros DJ. ¿Son fanáticos de la “década de oro” de 1935-1944? ¿Quizás su rango musical sea aún más estrecho, y centrado en el año culminante de 1941? ¿O quizás ellos son un poco más audaces, y también pasan música más elaborada de fines de los 40s? Ponen alguna música de los 1950s – y si lo hacen, cuánta? ¿Y qué hay de la música anterior a 1935? En Buenos Aires, uno no escucha mucho de este período, que incluye mucha buena música, por ejemplo, muchos valses de Francisco Canaro con Charlo. Esta época tiene otros climas y le da al DJ colores adicionales con los cuales pintar.
Dinámica energética durante la milonga
Imagina, si quieres, una corta milonga vespertina, digamos de tres horas. En esta situación, no hay realmente mucha dinámica para la velada. La mayoría llegará al inicio y querrá bailar la mayor parte del tiempo. El DJ, probablemente, pasará música con energía bastante alta de principio a fin, aunque quizás tratando de hacer la tanda final un poco especial.
Imagina, ahora, una milonga de seis horas. La situación es bastante diferente. Algunos vendrán para quedarse todo el tiempo que dure la milonga, pero es muy probable que algunos vendrán temprano y se irán temprano, o llegarán tarde y se quedarán hasta tarde. Esto crea tres fases para la milonga: una fase temprana, con los que llegan temprano, y arrancando con relativamente poca gente; una fase de transición, en la que la pista suele estar muy concurrida; y, finalmente, una fase tardía, con los recién llegados. Estas fases tendrán diferentes climas.
Aunque haya quienes vengan por las seis horas completas, poner música de energía alta todo el tiempo no es una buena idea. El DJ, probablemente, querrá comenzar suavemente y llevar la milonga a una especie de clímax – quizás precedido en la velada por un clímax secundario.
La primera parte de la velada: Claramente, este no es el momento de poner todas las pistas más excitantes. Por otra parte, algunos DJ tratan esta sección con poco cuidado, pasando música con la cual no tienen mucha onda – casi como si esta parte de la velada fuese una práctica. Personalmente, creo que esto es un error. Cada instante de nuestra vida es importante, y se merece lo mejor. Ocurre simplemente que, en esta primera parte de la velada, lo que es mejor es distinto a lo que es mejor más tarde. Piensa en el clima que estás creando tanto para los que están llegando, como para los que ya están bailando. Si la gente tarda en llegar al principio, entonces estará bien poner tres tandas de tango seguidas, si a uno le parece.
La parte media de la velada: si se pone muy concurrida, el DJ deberá manejar la pista por medio de sus selecciones musicales, pero sin dejar que la energía decaiga.
El final de la velada: el DJ tiene que crear un cierre satisfactorio de la velada. Existen varios modos de hacerlo: la tanda final podría ser muy enérgica, o intensamente melódica, o (menos común) hasta reflexiva e íntima. Si tienes una hora fijada de finalización, necesitas planificar cómo vas a llegar allí (cuántas tandas irán, y de qué tipo).
El propósito de estas reflexiones no es tanto para analizar las fases de la milonga, sino para señalar que en la mayoría de las situaciones existe una dinámica para la milonga y ésta necesita ser reflejada en la música. La música es energía. Cada tanda pone un distinto tipo de energía en el salón y en la pista, de acuerdo a sus cualidades. El DJ experimentado conoce los diferentes colores musicales a su disposición, y los usa para crear el clima de la velada.
Cada DJ controla el fluir de la energía en la milonga de forma diferente. Algunos construyen la energía lentamente en un largo período. Otros DJ buscan contrastes rápidos, que pueden llegar a ser más excitantes. Y aún otros DJ hacen un gran contraste con cada tanda, lo que para mí es demasiado. Está muy bien tener tandas coherentes, pero el fluir de las tandas debe ser coherente también.
Este tipo de análisis conduce a una comprensión más profunda de lo que otros DJ están haciendo que el simple mirar cómo ellos construyen una tanda. Por cierto, uno puede tomar una tanda de otro DJ, pero no sonará igual cuando uno mismo la pase porque el contexto musical ha cambiado.
El más alto nivel de la tarea del DJ es llevar a los bailarines en un viaje musical. Lo básico para esto es crear confianza por medio de una buena selección de tandas. A veces, llega el momento en que, como DJ, sientes que tienes a los bailarines en la palma de tu mano. Entonces sabes que puedes llevarlos a cualquier parte, poniendo una selección de música más amplia o, quizás, más rica de lo que ellos o tú hubieras pensado antes.
Niveles de la tarea del DJ: sumario
1/ tandas coherentes
2/ tandas coherentes, con transiciones lógicas entre ellas
3/ tandas coherentes, flujo coherente. Una forma musical definida para toda la milonga.
Entonces: quieres ser un DJ de tango?
Saber qué poner requiere un profundo conocimiento y una sensibilidad para la música de tango. Esto sólo se logra pasando mucho tiempo escuchando música, lo que es un trabajo de amor. No hay atajos. Estar con la música - no solo música de tango, sino toda la buena música – profundiza nuestra sensibilidad y aumenta nuestra capacidad de sentir. Creo que la motivación del DJ es clave, y yo recomendaría a todo DJ putativo a que reflexione honestamente sobre por qué quiere ser un DJ. Si amas la música y quieres compartir tu sensibilidad por la música con otras personas, entonces tendrás lo que se necesita para llegar a ser un buen DJ. ¡Estudia la música, gánate la confianza del público, y pone lo que siente tu corazón!