Va cruzando la tempestad
el gorrión de mi soledad,
al umbral ya cansado
del tiempo lejano que no volverá.
Y en la cruz del atardecer
tu recuerdo sobre la piel
me dibuja el destino
de aquellos que fuimos y ya nunca más.
Vi salir tu lejana voz
de la boca de un nuevo amor,
y la mujer que quiero
llevando los besos que me diste vos.
Ay, qué lindo y que triste es
tambalear en esta ilusión,
de mirar solo un fuego y soñar que son dos.
Yo que vi caer tu sombra
justo donde muere el sol,
ibas con mi piel vestida,
con la risa gris,
ojalá el tiempo te lleve feliz
hasta la esquina para ver tu amor.
Aúlla el viento con tu propia voz
repitiendo despacio:
“Olvidame será mejor, mi amor,
olvidame será mejor.”
Nadie sabe que te escondí
de la sangre hasta la raíz
en mi vieja guitarra,
muchacha inventada por mi corazón.
Si la vieras querer soltar
el perfume de esta canción,
es un pájaro negro
que enluta el recuerdo por el callejón.
En la sangre me suele arder
el rumor de esta vieja sed,
soy un perro que llorando
deseando a la luna que cayó en tu piel.
Ay, que frío se ve el dolor
alumbrando mi soledad,
y el puñal de tus besos
deshojando el final.
Yo que vi caer tu sombra
justo donde muere el sol,
ibas con mi piel vestida,
con la risa gris,
ojalá el tiempo te lleve feliz
hasta la esquina para ver tu amor.
Grita la boca de mi corazón
como un eco lejano:
“Olvidarte será mejor, mi amor,
olvidarte será mejor.”