Te quedaste solo, borracho y soltero,
vos que en cada puerto dejabas un querer,
sin otros cariños que el vaso y la pipa,
sin otros recuerdos que aquella mujer.
La Vuelta de Rocha comenta el asunto;
dicen las comadres que ha sido un gran amor,
ancla de cariño clavada en tu pecho
que al boliche oscuro tu vida amarró.
Barco viejo arrinconado
como guinche descompuesto,
mar tranquila por afuera,
mar de fondo por adentro.
¡Pobre gringo marinante!...
Barco viejo sin timón
en el dique de carena
que el destino te marcó.
Te quedaste solo, borracho y soltero,
porque la que amabas con otro se fugó;
Rosa de los vientos, la mujer querida,
te desvió la ruta, tu barco encalló.
Por eso es un trueno tu voz y tus ojos
permanecen fijos con profunda emoción,
en la chica rubia que toca en la orquesta,
rubia como aquella que te traicionó.