La vida le sonreía
y a la vida le cantó
pero al fin la muerte impía
trágicamente se lo llevó.
En una tarde serena
sonriente se despidió
con frases muy halagüeñas
a sus amigos les dijo adiós.
Gardel,
Cuesta abajo rodó
tu alegre y preciosa vida
pobrecita golondrina,
se fue para no volver.
En Luces de Buenos Aires
y en Melodía de Arrabal
cantando con gran donaire
los corazones hizo llorar.
Cantando las Golondrinas
y su tango Soledad,
se escucha su voz divina
ya presintiendo algo fatal.
Llegó a tierra borincana
el alegre ruiseñor,
y en aquella tierra hermana
gratos recuerdos dejó el cantor.
Venezuela lo quería
y a Venezuela voló,
y el pueblo del gran Bolívar
al rey del tango honor rindió.
Entonces voló a Colombia
y allí fue que tuvo fin
el cantor de bella historia
murió en el pueblo de Medellín.
La vida le sonreía
y a la vida le cantó
pero al fin la muerte impía
trágicamente se lo llevó.