Realización

Poema lunfardo

Todas las noches con deleite amuro
mis rayes en terreno conocido,
mi cotorro semeja un tibio nido
cuando vuelvo cansada del laburo.

Me olvido del pasado y del futuro,
palpito de mis plantas el latido,
un loro de madera presta oído
alegre a mis parolas, sin apuro.

A dorar un bifacho me aventuro;
el perro de peluche, ni un chumbido
aunque con el ragú, lo largue duro.

Me masoqueo con Gardel, tupido,
y el dulce gozo de vivir maduro.
Décime...¿para qué quiero un marido?