(recitado)
El gorrión de Buenos Aires
la bautizó su ciudad.
Y está brillando en su cielo
la estrella Beba Bidart.
Su corazón, puro tango,
no ha podido resistir
que otros ritmos lo acorralen
aquí en su propio país.
Esa madrugada triste,
mordiendo tal rebelión,
quizá se encontró sin vida
el alma de su gorrión.
Nos espera en Buenos Aires
donde se oiga un bandoneón,
tocando una milonga
o un tango bien compadrón.
No hay que llorar su partida
porque nunca se marchó.
Porteña de pura cepa,
en sus calles se quedó.
Gran mujer y gran artista
supo triunfar con honor,
entre cortes y quebradas
y el encanto de su voz.
¡Estrella humilde y sencilla,
con un noble corazón,
su ciudad, linda y querida,
la bautizó su Gorrión!