Uno a uno, se agolpan los recuerdos,
desafiando el olvido y la guadaña;
como queriendo rimar desde tu ausencia,
las notas que se estrujan,
en el reposo de grises madrugadas.
Esquinas que guardan el secreto,
de boliches, tugurios sin mañana,
donde se juntan guapeando, la belleza,
con locos berretines,
que tus chamuyos pudieron darle alma.
Reviviendo desafíos y entreveros,
añorando el taconear, y en una caña,
acodado al estaño de los tiempos,
tu presencia se hace carne,
en la inmortal cadencia ciudadana.