Pienso
se me hace un nudo en el mate,
no lo puedo desatar,
porque la gente comete tanto y tanto disparate
por ganar un mango más.
Pero
al que nació inteligente,
bueno, gaucho, leal, decente,
no lo pueden derribar.
Veo
que están demás los consejos
porque se muere de viejo,
abrazao a su verdad.
Cuando voy solitario en mi noche
por la calle que marca la vida
y me encuentro con tanto fantoche,
con tantos otarios, me pongo a rezar.
Y le pido un favor al supremo,
que me siga tendiendo su mano,
y me ayude a encontrar a un hermano
que tenga conciencia, nobleza y lealtad.
Cuando yo salí de la primaria con mi diploma de honor,
el diploma está arrugado,
el honor inmaculado,
lo conservo con amor.
Solo
bronco cuando en las mañanas
me despierta la fulana,
para que vaya a yugar.
Miro en el espejo mis canas
que me baten... ¿y mañana?
¡y me pongo a sollozar!