Por más que busco y me desvivo
no encuentro el móvil de tu traición.
Me enloqueciste con tus miradas
y te burlaste de mi pasión.
Te di mi vida que despertaba,
te di mis besos, mi corazón.
Y tú, jurando que me adorabas,
me envenenaste sin compasión.
Perdón quisiera oír decirme
de ti, cielito de mi alma,
mi corazón ansía esa calma
que sólo tú podrás lograr con volver.
No importa el daño que me has hecho,
te quiero y no podré olvidarte
y te juro que yo he de esperarte
mi vida entera, que no es nada sin ti.
Sufro y tú gozas, lloro y tú ríes,
yo soy la noche, tú eres la luz.
Tú vas al cielo de los placeres
y yo al calvario llevo mi cruz.
He de quererte, aunque te burles,
llorando a mares terrible afán,
con el engaño con que has matado,
con ese mismo te matarán.