Acabala, te decían los muchachos de tu barrio,
con tu pinta de malevo de tu tiempo que pasó.
Que en el barrio de Corrales vos fajabas los otarios
y a las minas espantabas con tu voz de roncador.
Acabala no me engrupas que ya te tengo junado
sos un reo deshauciado no merecés compasión.
El domingo en las carreras acertaste el batacazo
y en la noche el escolazo en la vía te dejó.
Acabala
farolito engrupidor.
Acabala
te decían, por favor.
Acabala
que todos saben el cuento
que tuviste mucho vento
y una mina te chacó.
Haceme caso muchacho, desechá tus berretines
de escolazo y competines en que va tu perdición.
Y acordate de tu piba, esa piba que has querido
que por culpa de tus vicios, vas mantando su ilusión.
Volvé pronto a tu viejita, la que un día abandonaste,
por llevar la vida camba, la que tanto te cegó.
Y mostrale con tus mimos, que un día la adoraste
y que juegos de la vida, lejos de ella te llevó.