Paseas por la Recoleta
luciendo su recia estampa,
y no hay rival pa’ tus zarpas
en toda Constitución.
Te conocen en Palermo
y de Almagro, sos el taita,
pero al lao de tu mulata
sos grasa de chicharrón.
En los bailongos de tu barriada,
y entre el perfume de agua florida,
te basureaste más de una vida
por el capricho de una mujer;
y ese cuchillo filoso y recto
que en el costado orgulloso ostentas,
no oyó jamás la voz de una afrenta
sin ver a un hombre luego caer.
Lejanos y lindos tiempos
en que todos eran “hombres”,
quiero entonar en tu nombre
canto de recordación.
Milonga del mozo guapo
de melena recortada
y certera puñalada
en medio de un corazón.