Viejo barrio mío, voy por tus callejas
rastreando el recuerdo de cosas queridas,
y todo me dice que el tiempo y la vida
una vez que pasan no pueden volver...
Mi busca es inútil, hoy todo es distinto,
los niños son hombres, los viejos se han ido,
las lindas muchachas han envejido
y nada nos queda del lejano ayer...
Cambiaron las gentes
cambiaron las casas
cambiaron tu alma
mi viejo arrabal...
y ando perdido
buscando por tus calles
las sombras queridas
que nunca volverán...
El tiempo y la vida
nunca tienen marcha atrás...
¡Barrio! ¡Barrio mío!... ¿Dónde está la reja
que adornaban siempre claveles floridos?
claveles sangrientos como los ceñidos
y fragrantes labios que besaba yo...
Aquellos lugares de mi alegre infancia
de mis años mozos, todos se han perdido,
y sólo los veo, venciendo el olvido,
con luz de recuerdos... ¡en mi corazón!...