Al sentir en mis trémulos labios
la impresión de tus besos candentes
me sentí transportar de repente
a un edén de delicias sin fin.
Yo te amo, mi bien, yo te adoro
y por ti recibiera la muerte
yo jamás dejaré de quererte
nada quiero en el mundo sin ti.
Me han quemado, mi amor, tus miradas,
tus miradas de loco embeleso
sólo espero, vidita, otro beso
y, después, qué me importa el morir.
Qué me importa morir si eres mío
y en mis brazos de amor tú agonizas,
si adivino en tu dulce sonrisa
que si muero tú me has de seguir.
Otro beso, mi amor, otro beso,
otro beso tan sólo te pido.
Soy ya tuya, esclava rendida,
para siempre en tus plantas estaré.
Que yo sienta en mis labios sedientos
la impresión de tus besos de fuego
soy ya tuya, mi bien, y te ruego
no me niegues, por Dios, tu querer.