Falló la paica

Era un malevo poeta
más desgraciao que la yeta
que tenía un metejón
por una piba coqueta
que la iba de discreta
pa’ dar soga a su ilusión.
Cuántas veces dulcemente
sus mirones inocentes
de puro grupo bajó
mientras él muy insistente
le fajaba contundente
su chamuyo rococó:

Araca, mi paica, vivo
sólo por ver su hermosura
y batirle mil linduras
al pabellón auditivo.
Mire que creyendo estoy
que en los líos del querer
usted tiene más pescante
que volanta de alquiler.

Ella, como si llorara,
le pidió que la escuchara
pa’ que no fuera a entender
nada que lo disgustara
porque había sido clara
su forma de proceder.
Ahí, creyendo dar chanta,
cortó el pasmo a la percanta
pa’ decirle: sabe usted
que mi metida fue tanta
que pa’ mí fue usté una santa
a la que nunca falté.

Y apenas él apagaba
de su chamuyo los ecos,
ella mostrando los flecos
de su carpeta cantaba:
Araca, malevo, piante
que, si no, de fijo cobra;
Usté nunca falta, sobra,
por eso lo pianto yo.


Otras letras de Juan Bautista Abad Reyes

Falló la paica