Sin pez ni pan

En este país querido donde he nacido vengo a cantar
este candombe sincero que tiene bronca y necesidad.
¿Por qué estamos tan perdidos, con tan poca humanidad?
Sin ver que a nuestros hermanos les falta el pan y la dignidad.

En cada calle de barrio y en cada esquina de mi ciudad
encuentro a un chico pidiendo a un hombre durmiendo a su realidad
y pesar que ya son parte del paisaje nacional.
Y aunque intentemos no verlos, ellos, te juro, que están igual.

Y cada día vez, me duelen mucho más
se multiplican sí, pero sin pez ni pan.
Obreros que no son, no hay donde trabajar
¡Y cartonea la necesidad!

Nadie es capaz de ponerse en el lugar de ellos ¿por qué será?
Si nada valen sus vidas ¿cómo crees van a respetar?
Si a veces el pegamento la pasta base y no sé qué más...
Esa es la única salida pequeña y triste a su realidad.

La señora de la esquina cruza la calle cuando los ve.
Ellos meten sus manitos en la basura, qué triste que es,
y le dejan todo sucio, ella los va a denunciar.
Igual que al que limpia vidrios porque lo hace pa’no trabajar.

¿Y dónde está el trabajo, dónde publicó?
¿En el Clarín de ayer, en La Nación de hoy?
¿Cuántos obreros ves? ¿Por qué no lo pensás?
¿Adónde fue la industria nacional?

¿Y dónde estabas vos, y dónde estaba él?
¿Y a dónde estaba Dios, que no los pudo ver?
¿Qué fue que nos pasó pa’llegar hasta acá?
¡Recuperemos nuestra dignidad!