Como sombras en un río

Milonga

Música: Tato Finocchi

Teníamos el cielo en nuestras manos,
y un siglo de canciones en las venas,
un puente de milagros suburbanos
y al borde de los besos, un poema.

Teníamos miseria y desmesura
y el mágico ritual de los amantes,
mendigos del placer y la conjura,
esclavos de una historia alucinante.

Después llegó el silencio...
entonces el naufragio...
después este vacío...
y el ir por los balcones del infierno
temblando, como sombras en un río.

La noche nos echó de su morada
y nos confió el secreto de la pena
y en medio de esa fuga hacia la nada
... perdimos el poema.

Las horas del amor se nos cayeron
heridas por el dios de la costumbre,
la cartas nunca escritas se murieron
en medio de calladas muchedumbres.

Vagando por la vida y sin decoro
guardamos poco más que cicatrices
y fuimos, sin embargo, a nuestro modo,
apenas desgraciados y felices.