Buenos Aires fue el imán que los atrajo
y llegaron con amor y con sus sueños.
La ciudad hizo difícil sus anhelos
y en la esperanza la vida los templó.
Albergados en sus piezas convirtieron
noche y día en tango y canto a la pensión.
Lucharon con desvelos
y lograron de su intento, lo mejor...
Pensión de la calle Salta
la llamaban “La alegría”.
Fue entre tangos y poesías
que encontraron su ideal...
Allí se compartió
la copa de la amistad
y el mate junto al bandoneón...
Pensión de la calle Salta
¡Nunca más habrá otra igual...!
La pensión vivió también las emociones
de bohemios y fraternos soñadores.
Creadores de esos “tangos del cuarenta”
que en el recuerdo por siempre quedarán...
Unos fueron hacia el cielo con sus glorias,
otros siguen en la huella como ayer...
Sus tangos son memorias
que trajeron desde algún lejano andén...
Pensión de la calle Salta
con su barra provinciana,
bulliciosa y trasnochada
en su lírico soñar...
Fue nido de gorrión
fue tango y corazón
fue tiempo que no volverá...
Pensión de la calle Salta
¡Otra igual, jamás habrá...!