Corriendo Pampa ha cruzado,
en un galope sereno,
Pancho Sierra, el gaucho bueno,
sobre un moro enhorquetado.
Dicen que lo habían llamado
para hacer la rendición
de sus cuentas a un patrón
a quien le enfermó la niña,
con motivo de una riña
por causas del corazón.
Dicen que Sierra ha jurado
curar de amor a la moza,
en lo que no entra gran cosa
de remedio, ni cuidado,
que va, porque le ha dejado
como de devolución;
y aunque se oponga el patrón
y toda la parentela,
la va a alzar a la mozuela
por orden del corazón.
Pancho Sierra ha discutido
con su patrón y ha triunfado;
trae la prenda que ha ganado
su corazón atrevido;
cruzan el campo dormido,
sobre el moro petizón;
y produce la impresión
la moza puesta en el anca,
de ser la paloma blanca
robada en algún malón.