¡Centinela alerta!...
Alerta está…
Cuando la tarde va entrando en calma
la cárcel duerme y se queja el viento.
Yo pienso en ella con toda el alma
y hacia ella vuela mi pensamiento.
Sus ojos negros fueron mi embrujo
por sus caprichos, cadena llevo.
Robé por ella, por darle lujo
y aunque de angustia, por ella muero.
Yo le perdono cárcel, condena
porque con todo, madre, la quiero.
Mientras lloro en vano
mi triste soledad,
la ingrata ni se acuerda
del que sufriendo está.
La llamo por las noches…
no sé donde estará…
la llamo y el centinela
me vuelve a la verdad…
¡Centinela alerta!...
Alerta está…