Recuerdo yo con ilusión
la noche que te conocí
pues al mirar tus ojos sentí
el fuego de tu gran pasión.
Por eso yo no olvidaré,
aquel mirar que hizo nacer,
todo el amor que dediqué
solito a vos linda mujer.
Nena, la mirada de tus ojos
nunca olvidarla podré;
nena, cuánto daño que me has hecho
porque arde aquí en mi pecho
todo el recuerdo querido del amor
que te llama...
¡Nena, al recordar tu cariño
lloro, como llorar puede un niño!
Nena; pensar que solo a tu lado
hallaré aquel bien soñado
que busca mi corazón.
Yo muy bien sé que no podré
verte jamás, linda mujer,
por eso no quiero pensar
ya más en vos y en tu querer.
Tal vez, así, todo el dolor
del corazón mitigaré,
y cuando no pueda olvidar
en voz baja exclamaré: