En la acuarela de todos mis recuerdos
mi vida provinciana es como una estrella.
Es la nostalgia de dos ojos negros
en el balcón florido de mis añoranzas.
Es la ternura que puso en mi anhelo
el ensueño de su risa.
Es la dulce plegaria de otros tiempos
que en mis tristes delirios
me dice su emoción...
En la garúa de pétalos de luna
cayendo en el paisaje de mi corazón...
Es la linda noviecita
que en la luz de su mirar
de muchacha provinciana
perfumaba mi soñar...
Por eso en la oración
que me canta mi ayer
persigo con los ojos
del alma su querer.
Es la flor encantadora
de mi lírico rosal
es la cuerda en mi guitarra
y es mi viejo madrigal.
Por eso mi canción
hoy busca en mi sufrir
los labios que juraron
“hasta morir”...
Sombra en los días de aquella primavera
aromas de las tardes doradas de otoño.
Sueños lejanos de blancas madreselvas
nevando todo el patio de mis ilusiones.
Agua del tiempo lavando una pena
me ha traído su figura,
con el suave rumor de sus quimeras
y es bella como entonces,
soñada de emoción...
(Y es tu recuerdo una carta amarillenta
que guarda el relicario de mi adoración...)