Llora el corazón al evocarte
y al llorar pregunta ¿dónde?
¿dónde estás mi dulce bien?
Sin el adiós de tu partida
el dolor se hizo más fuerte
y mi fe se apenumbró.
Ya no tengo a quién poder decirle
¿dónde está mi bien amada?
¿qué será de mi adorada?
Triste despertar sin saber cómo
tras la farsa del destino
se marchó mi dulce amor.
Se fue sin un beso
sin una sonrisa
sin esa caricia
del último adiós.
Sentí una puntada
como anunciación
dolor del presagio
de mi corazón.
Tal vez no quería
decir que se iba
para ahorrarme el llanto
del alma, tal vez.
Duda que me mata
desconsuelo
de haber perdido
todo mi querer.
Con la sinrazón de tu partida
¿para qué vivir la vida?,
si ya más no la veré.
Triste misterio de la ausencia
sensación de la impotencia
dura y cruel desilusión.
Vaga soledad que me acongoja
ilusión que se deshoja
siento agonizar a la esperanza
con mi última añoranza
por su amor que ya no está.