Si había que sufrir... ya se sufrió.
Si había que fingir... ya se acabó.
Si había que apostar, jugarse y esperar,
la trama de la historia se ocupó.
Callarse y consentir... es del ayer.
Tragar y postergar... sólo es mentir,
creerse una infantil leyenda con final
de absurdos, que no quieren confesar.
Por eso ahora sí, es tiempo de disfrute,
de goce abierto al sol sin maquillaje,
de regalarse una sonrisa desde adentro,
con altura, con coraje, tachando miedos.
Quiero viajar feliz, le pese a quien le pese.
Con vuelo, sin timón y a la deriva;
dejar fluir aquélla voz que está en mis sueños,
mostrarme como soy: tal cual.
No es turno de llorar lo que no fue,
tampoco de increpar..., eso pasó.
La vida es, al final, un soplo de emoción
que vamos hilvanando al respirar.
Cantar la libertad, eso es vivir.
Todo el viento a favor, bebérselo.
Ser fiel al corazón, pintar nuestra pared
con trazos de genuina identidad.